Este próximo domingo tenemos una celebración familiar en casa, es mi cumpleaños y me apetecía hacer una comida. Así que aquí me tienes, dándole vueltas al menú, y como no intentando encontrar el maridaje perfecto.
¿Unos aperitivos de entrante y un plato principal? ¿O a lo mejor pasta y un pescado o una carne? ¿Y si mi cuñado se queda con hambre? Casi mejor aperitivo, primero, segundo y postre, aunque suceda lo de todas las celebraciones, que sobra comida…, pues nada un táper y repartimos para todos. Si se ha de pecar, pecaremos en exceso.
Buffff, pero y todo eso ¿Cómo lo marido? ¿Varios vinos o miramos a ver si con uno o un par de vinos solucionamos la papeleta? Por que acuérdate que a mi sobrino el tinto no le gusta, que es más de blanco. Sin embargo a mi padre hay que darle un vino tinto con cuerpo y a mi madre un rosado es lo que más le gusta, y vuelta que vuelta que a mi mujer también le encanta el vino.
¿Sabes qué? Que también podemos tirar por la calle del medio y champagne para toda la comida. Seguro que alguna vez te has encontrado ante este dilema. Yo por lo menos sí, así que vamos a dar una vuelta juntos por este gran misterio del maridaje perfecto para perderle juntos un poco el miedo.
¿Qué es el maridaje perfecto?
En gastronomía maridaje, se define como el arte de combinar de manera agradable las texturas, sabores y aromas de alimentos y bebidas. Lo que se busca es potenciar sus cualidades, y obtener el mayor placer de la experiencia culinaria.
Dicho lo cual si hay que obtener el mayor placer de esta experiencia vamos a disfrutarla. Tenemos que disfrutar tanto del vino como de la comida. En este viaje nuestra principal acompañante va a ser las papilas gustativas. Con ellas percibiremos los sabores salados, dulces, ácidos, amargos y el último que se ha unido a la lista el umami.
Estas papilas varían de persona a persona, así que cada uno va a disfrutar con una combinación. Si tú no has disfrutado de una combinación, por ejemplo de contrastes de sabores, no la repitas, divirtámonos con las pruebas. Así si descubrimos como interactúa nuestro paladar en este caso ante la sal, la acidez y la grasa (para mí pilares a la hora de maridar vino y comida), tendremos bastante ganado a la hora de elegir el mejor vino.
Ejemplos de maridajes perfectos
Como podéis ver las posibles combinaciones para un maridaje perfecto no son únicas, animaos a descubrir la vuestra. Algunas de ellas serán fáciles de encontrar , otras como la de elegir un vino para una ensalada, para salsas picantes, berros, espárragos, alcachofas…por citar algunas de ellas serán más complicadas. Por poner un ejemplo, las alcachofas afectan y deforman el sabor del vino dándole sabores metálicos y amargos (en este caso probarlas con una manzanilla o un fino de Jerez).
Para terminar aquí os pongo algunos ejemplos de maridajes:
Maridaje para platos de pasta
En este caso podemos fijarnos en la salsa que acompaña el plato de pasta. Así por ejemplo, si esta es cremosa ponemos un blanco joven con cierto cuerpo , como un chardonnay. Si es una boloñesa, por ejemplo, un buen tinto joven o un crianza poco tánico la acompañaría muy bien.
Maridaje perfecto para mariscos
Con finos, manzanillas , blancos secos y frescos. Las ostras por ejemplo con un buen espumoso o un buen blanco gallego como un Godello. Los crustáceos con un Riesling o un Gewürtraminer. El pulpo a la feira atrévete a probarlo con un tinto joven o un mencía de Ribeira Sacra.
Maridaje con Arroces
Aquí vamos a distinguir en función de los ingredientes. Si fuera un arroz de verduras o de carnes mi opción sería un tinto ligero. Si fuera marinero un blanco frutal. Sin embargo, en ambos casos no nos podemos olvidar de un buen rosado o un clarete.
Maridaje para acompañar a los aperitivos
Los aperitivos maridan con blancos secos, generosos, espumosos y tintos jóvenes.
Maridaje para Pescados
En este caso todos estamos pensando en un vino blanco floral y acertaremos, pero si a nuestro pescado está elaborado con una salsa de mantequilla podríamos acompañarlo con un Chardonnay fermentado en barrica. Si en su elaboración introducimos cítricos un Riesling le acompañaría perfectamente. Para unos pescados grasos y ahumados su maridaje perfecto podría ser un tinto joven o uno de maceración carbónica.
Maridaje perfecto para acompañar a carnes
En este caso todos tenemos en la mente un tinto con cuerpo, un Rioja por ejemplo. Aquí también podemos fijarnos en la elaboración de la comida y la tipología de la carne. El cerdo por ejemplo podemos optar por un Viura Riojano o un Riesling. Si la salsa es cremosa también podríamos optar por un blanco fermentado en barrica. Si es carne blanca sobre salsa oscura un tinto joven le acompañará perfectamente. Carnes de caza combinan perfectamente con un buen crianza o reserva.
Tipos de maridaje
Así una vez elegido el menú y el peso que van a tener los diferentes ingredientes en él, podemos hablar de tres tipos de maridaje:
Maridaje por semejanza o complemento
Este maridaje consiste en combinar sabores y aromas similares, buscando la armonía entre ellos. Los ejemplos más clásicos que se nos vienen a la mente en seguida son vinos tintos con mucho cuerpo para carnes rojas, o blancos para pescados.
Maridaje por contraste
En este maridaje lo que se busca es descubrir nuevas sensaciones buscando un equilibrio entre sabores y aromas opuestos, como por ejemplo quesos fuertes con vinos dulces.
Maridaje por proximidad
Este último se basa en combinar los vinos propios de una zona con alimentos de esta, y como ejemplo de este citaremos un vino blanco gallego con un buen pulpo.
Ya solo me queda abrir la botella que tengo delante de mí, disfrutarla de una copa y brindar con todos vosotros.
P.D. El maridaje con el que me tomo mi copa os lo revelaré otro día.